(23/11/15) – Cuando un golpe contundente daña la médula espinal, el sistema inmunológico del cuerpo puede ser a la vez amigo y enemigo. Al sentir la lesión, el sistema inmune envía una respuesta inflamatoria que se compone de células especializadas, llamadas macrófagos, para disponer del tejido muerto. Sin embargo, junto con los desechos y la sangre de la lesión inicial, los macrófagos también eliminan tejido sano, lo que resulta en un mayor tamaño de la lesión en el sitio de la herida y en la pérdida de función adicional de la médula espinal.
¿Y si fuera posible reducir el tamaño de la lesión en la médula espinal, y preservar así más de la función medular y del nervio?
Los científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad Case Western Reserve (CWRU) han demostrado que una familia de células madre terapéuticas, llamadas células progenitoras adultas multipotentes (MAPC, su sigla en inglés), disminuye las consecuencias del daño que provoca la segunda respuesta del sistema inmune en la función medular y preserva funciones que de otro modo se perderían. Sus conclusiones, que resultaron en mejoras significativas en la función motora y urinaria en animales de laboratorio, aparecieron en la edición del 19 de noviembre de Scientific Reports, una revista científica en línea, de los editores de la revista Nature.
El equipo de investigación, dirigido por Jerry Silver, médico y profesor de neurociencias en la CWRU, ha demostrado que las células MAPC tienen la capacidad de modular la conducta agresiva de los macrófagos: hacen que estos sigan proporcionando la limpieza de desechos necesaria, pero mostrándose menos perjudiciales para el tejido sano.
La investigación en el laboratorio de Silver, llevada a cabo por el autor principal Marc A. DePaul, también demostró que el tiempo es un factor en la promoción de una respuesta inmune positiva con las MAPC. Estas células fueron inyectadas en animales de laboratorio un día después de la lesión y viajaron primariamente a sus bazos, un depósito para los macrófagos inmaduros, resultando en una respuesta inmune de los macrófagos beneficiosos que ahorró más tejido de la médula espinal. En consecuencia, los animales que recibieron tratamiento demostraron notablemente mejorados el control motor de la pata trasera y la función urinaria. Se tarda aproximadamente un día para que el sistema inmune reconozca y luego comience a responder a una amenaza causada por lesión o enfermedad. Cuando se administraron las MAPC demasiado pronto (inmediatamente después de la lesión) o no fueron suministradas (grupo de control), los animales de laboratorio no recibieron ningún beneficio.
«Había una notable neuroprotección con los macrófagos más amigables», dijo Silver. «La médula espinal era más grande, más sana, con mucho menos daño a los tejidos», agregó.
Esta reciente investigación complementa un descubrimiento del laboratorio de Silver en el 2014, cuando los investigadores se dieron cuenta de que un compuesto que desarrollaron, el peptido intracelular sigma (ISP), mejora la plasticidad nerviosa y la regeneración después de una lesión de la médula espinal. El ISP restauró una función considerable a los animales de laboratorio en los que el compuesto se ensayó.
«Nuestro sueño para el futuro es la combinación de la neuroprotección de las MAPC con la capacidad neurogenerativa del ISP», dijo el Dr. Silver. «Ambos pueden ser administrados sistémicamente, por lo que no hay necesidad de tocar la médula espinal. Ya está lo suficientemente dañada», concluyó.
Artículo original en inglés disponible en: http://medicalxpress.com/news/2015-11-stem-cell-treatment-immune-response.html
Versión en español: Ana Varco para AMANDOS