Posible terapia con fármacos para los nervios periféricos dañados

(23/2/16) – The Mount Desert Island (MDI), laboratorio de Biología. ha anunciado que la profesora asistente Dra. Sandra Rieger ha identificado dos fármacos que potencialmente podrían ser utilizados para revertir el daño de los nervios periféricos, o neuropatía periférica, que resulta del tratamiento de quimioterapia para el ovario, mama, pulmón, páncreas y otros tipos de cáncer. Los fármacos también tienen aplicaciones potenciales para el tratamiento del daño nervioso periférico causado por la diabetes, por lesiones traumáticas y por otras condiciones.

Las drogas son objeto de una patente provisional presentada por el MDI a principios de este mes. Rieger, que sigue estudiando las drogas, trabajará a través del MDI en la empresa farmacéutica con fines de lucro Novo Biosciences, para probar las drogas en los ensayos con pacientes. Si los medicamentos demuestran ser eficaces en el tratamiento de daño en los nervios, la compañía farmacéutica va a obtener una licencia para estudios adicionales, con el objetivo de lograr la aprobación de la FDA.

Rieger y otros científicos que trabajan en la institución Kathryn W. Davis para la Medicina Regenerativa estudian la reparación, la regeneración y el envejecimiento en una amplia gama de organismos que cuentan con fuertes mecanismos para reparar y regenerar el tejido.

«En la actualidad, no existen tratamientos eficaces para las causas subyacentes de la neuropatía periférica, que afecta del 30 al 40% de los pacientes de quimioterapia», dijo el Dr. Kevin Strange, presidente del laboratorio. «Nuestra esperanza es que el trabajo de la Dra. Rieger en el modelo de pez cebra dará lugar a un tratamiento eficaz para esta enfermedad, que puede causar dificultad para realizar las actividades diarias, tales como caminar, escribir, vestirse y la manipulación de objetos pequeños», agregó.

El daño a los nervios periféricos puede causar dolor, entumecimiento, hormigueo, sensibilidad a la temperatura y debilidad muscular. Si el daño es grave, puede conducir a problemas tales como cataratas, cambios en el ritmo cardíaco, cambios en la presión arterial, dificultad para respirar, parálisis e incluso la insuficiencia de órganos. La incidencia global del 2,4% se traduce en casi ocho millones de víctimas en los Estados Unidos solamente, con el aumento de la incidencia al 8% después de los cincuenta y cinco años de edad.

Rieger ha determinado que en presencia de paclitaxel, un agente quimioterapéutico utilizado, la neuropatía periférica es causada por el aumento de la expresión de MMP-13 (matriz-metaloproteinasa 13). MMP-13 es tóxica para los nervios y aumenta la susceptibilidad de la piel de las manos y los pies a la lesión de las tensiones cotidianas mediante la degradación de colágeno, al que Rieger ha descrito como el «pegamento» entre las células que ayuda a la piel a resistir el estrés mecánico. Se cree que las interrupciones en las intrincadas interacciones entre la piel y los nervios, causadas por el aumento de la actividad de MMP-13, pueden contribuir al daño del nervio inducido por paclitaxel.

Su investigación ha identificado dos fármacos que evitan la neurotoxicidad inducida por paclitaxel mediante la reducción de la actividad de la MMP-13, lo que ofrece una nueva vía para posibles intervenciones terapéuticas. Cuando se administran con paclitaxel, estos nuevos fármacos pueden prevenir la degeneración de los axones (los largos y delgados brazos salientes de una célula nerviosa) y restaurar la respuesta táctil en el pez cebra. Rieger utiliza el pez cebra como modelo, ya que comparte el 70% de sus genes con los seres humanos; su breve esperanza de vida también permite a los científicos obtener rápidamente información valiosa sobre cuestiones científicas fundamentales. Hay planes de realizar más pruebas en modelos de mamíferos, tales como ratones y ratas, así como también en piel humana.

Rieger ahora está colaborando con la Clínica Mayo, de Rochester, Minnesota, con estudios realizados en tejidos de la piel humana.

«Una vez que hayamos completado nuestros estudios sobre modelos de mamíferos, nos gustaría colaborar con una institución médica o farmacéutica con los ensayos clínicos en humanos», dijo Rieger. «El pensamiento actual es que ningún fármaco por sí solo es probable que sea eficaz para el tratamiento de todas las neuropatías periféricas, que pueden deberse a múltiples causas. La esperanza, sin embargo, es que estos fármacos también se pueden utilizar para tratar otras neuropatías o que el modelo de pez cebra se puede utilizar para identificar nuevos candidatos para el tratamiento de otras neuropatías», explicó.

Además de la quimioterapia, las neuropatías pueden ser causadas por la diabetes, la esclerosis múltiple, la obesidad, la enfermedad renal crónica, el envejecimiento y muchas otras condiciones, creando una enorme necesidad no satisfecha de un tratamiento eficaz.

Mientras que las drogas que están disponibles proporcionan un alivio parcial del dolor asociado con la neuropatía periférica, ninguna actúa sobre las causas subyacentes. El mercado mundial de medicamentos para aliviar el dolor proporciona un indicativo de la magnitud. Dicho mercado, que fue de 4.8 mil millones de dólares en el 2010, se espera que crezca a 10 mil millones en el 2018. Este crecimiento se atribuye en gran parte al aumento global de la incidencia de la obesidad y la diabetes.

El laboratorio de Biología MDI, que se encuentra en Bar Harbor, estado de Maine, en EE.UU., es una institución independiente, sin fines de lucro, de investigación biomédica, que desarrolla soluciones a los problemas de salud humana y de medioambiente a través de la investigación, la educación y el trabajo junto con empresas que transforman descubrimientos en curas. La institución se centra en el aumento de la esperanza de vida saludable y el aprovechamiento de nuestra capacidad natural para reparar y regenerar tejidos dañados por lesión o enfermedad.

Artículo original disponible en: http://www.pharmpro.com/news/2016/02/potential-drug-therapy-peripheral-nerve-damage#.VsyfOTQvnZs.twitter

Versión en español: Ana Varco para AMANDOS

Historia 11 – Una misma célula para las dos (Lau)

Después de su primera operación, ver su alivio al poder apoyar la espalda fue la alegría más grande que pude sentir. Estando al lado de ella en la clínica, cuidándola, mimándola, haciendo todo lo que estuviera a mi alcance para verla bien. Enterarnos de la enfermedad…

(Para leer la historia completa, haz clic en el siguiente enlace: http://www.amandos.org/quienes-somos/generica/lau.html)